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La Esperanza vence al miedo. Un relato personal

Aug 25, 2021

En la misma semana que estuve secuestrada, coincide con la celebración del “Pesaj”, la Pascua Judía: el primer movimiento de Libertad. El paso de los judíos de la esclavitud a la libertad…

 

El pasado ha dejado de existir, el futuro todavía no existe, y el presente tiene una presencia tan huidiza que cuando pienso en él ya pasó…
Y así han volado los años, sin embargo, cada 1º de abril recuerdo aquel día que fui privada de mi libertad…

La Libertad es sin duda el don más preciado al que podemos aspirar. El sentido y el sentimiento de libertad es una condición inherente al ser humano; valdría la pena recordar lo que Don Quijote le dice a Sancho: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. Tal expresión nos da idea de lo que significa la libertad.

En esta misma fecha, en la  misma semana que estuve secuestrada, coincide con la celebración del “Pesaj”, la Pascua Judía: el primer movimiento de Libertad. El paso de los judíos de la esclavitud a la libertad, por lo que año con año recuerdo esos días de mi cautiverio como una “doble privación” de mi libertad, “un doble aniversario”, por el festejo del Pesaj que ha adquirido un importante significado en mi vida y por la fecha en el calendario, el 1º de abril.

Este año, y el pasado, además coincidieron con esta pandemia. Hace un año, muchos no cenamos reunidos en familia, como siempre lo habíamos hecho, a lo largo de tantos y tantos años, pero sí festejamos esta fiesta tan sagrada, quedándonos cada uno en nuestras casas y  compartimos este ritual tan especial, con nuestros padres, hijos, nietos, hermanos, aun estando cada uno en nuestro obligado lugar de “provisional retiro” usando para lograrlo toda esa escala de valores, de creatividad, de formas de pensar, aprovechando incluso la tecnología que esta época nos ha aportado para hacerlo vía “Zoom”.

pascua judia
Imagen: HIAS.

En estos momentos será bueno recordar cómo actuamos en otras etapas de nuestra historia como pueblo, así como en la Inquisición, o en el Holocausto, por citar algunas; siempre encontramos la forma de hacerlo, sin perder la fe y la esperanza, y sobre todo, sin olvidarnos de nuestras tradiciones.

Hemos sido un pueblo resiliente y hoy nos toca serlo nuevamente. Recordemos cómo en la Torah, nuestro libro sagrado, siempre se privilegia el cuidado de la vida, pero sin olvidar lo que nos formó como pueblo hace 3333 años.

Cada año, a pesar de “que no seamos esclavos”, tenemos la oportunidad de liberarnos de las restricciones que nosotros mismos nos imponemos,  transitando del “no puedo” al “no quiero”. El Éxodo de Egipto ocurre en cada ser humano, en cada era, en cada año, e incluso en cada día. Nadie llega a la Tierra Prometida sin pasar por el desierto.

La Esperanza vence al miedo: “Mientras más oscuro es el cielo, más brillantes son las estrellas…”

Hoy, en esta semana de la celebración de Pesaj, que hoy domingo termina, tuvimos tiempo para reflexionar sobre nuestros caminos y nuestros propósitos, para estar listos y con gratitud para recibir un nuevo grado de libertad responsable, validando el todo con nuestro autoconocimiento y nuestra autorreflexión.

Recordemos que nada rompe más a un ser humano que la falta de sentido en lo que hace, por lo que hoy, dispongámonos y aceptemos nuestra  doble responsabilidad: la de encontrarle un sentido, “un para qué” a nuestros días en casa, y la de usar nuestra creatividad para innovar y adherir cosas nuevas a nuestra vida.

libertad y transformación
Imagen: ADICREA.

Salimos de Egipto después de haber sido esclavos, fuimos guiados por Moisés 40 años en el desierto para llegar a la tierra prometida, tomemos pues como ejemplo esos grandes eventos de nuestra historia para encontrar la forma de transitar por nuestro desierto interior y así conquistar nuestra propia libertad.

Acepta el reto de tomar tu vida en tus manos… Y agradece a la vez por todo aquello que sí tienes… la gratitud es una gran virtud…

En mi caso personal, tengo mucho que festejar, mucho por conquistar, sueños por cumplir y, principalmente, mucho que agradecerle a la vida.

La vida, como diría Amado Nervo, es incierta, por lo que siempre hay que recurrir a la búsqueda de alternativas para acomodar y remontar lo que vivimos; para que el dolor y el sufrimiento se conviertan en una invitación al crecimiento, en sabiduría que nos capacite para “saborear la existencia”, y para despertar en nosotros mismos la pasión por construir el mejor de los mundos.

Jamás me hubiera imaginado que aquel 1º de abril  por la mañana, ya hace 14 años, mi vida nunca más volvería a ser la misma, y mucho menos que aquella misma noche dormiría en la más oscura de las penumbras y en la desesperanza.

Así han volado los años, y sin embargo, nunca olvido aquel día que fui privada de mi libertad, el don más preciado al que podemos aspirar.

libertad
Imagen: La Mente es Maravillosa.

Por eso vivo día a día en mi propia vida y en mi trabajo exhortando a las personas a superar las adversidades y salir de ellas fortalecidas y dueñas de mayores recursos. Se trata de un proceso activo de resiliencia y crecimiento como respuesta a las crisis y desafíos de la vida.

Quiero decir que quienes hemos tenido la suerte de salir indemnes de la experiencia de secuestro, hemos tenido que trabajar mucho con nuestra interioridad para seguir sosteniendo que el amor es un motor necesario para vivir, para transformar nuestra realidad, recordando que  la esperanza es tan imprescindible al sentido de la vida como el oxígeno a los pulmones. Mantener la esperanza cuando nos enfrentamos a fuerzas abrumadoras nos permite empeñar en ello nuestros mejores esfuerzos. Nunca perdí la esperanza de estar aquí, porque al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino. 

Hoy, especialmente hoy, brindo por la vida, acompañada siempre y en cada momento de una enorme gratitud. Nunca, a lo largo de nuestras vidas, puede faltar la gratitud.

Gracias a todos ustedes, familiares, amigos y colegas, por haberme acompañado a lo largo de mi vida, y por hoy y siempre estar a mi lado.

No dudo que también saldremos de ésta, y con toda la certeza que más fortalecidos… mucho más… y mucho más sabios.

“Nuestra más grande libertad es la libertad de poder escoger nuestra actitud ante la vida” (Viktor Frankl).